"Mi testigo es el cielo vacío"

martes, 8 de noviembre de 2011

Excederse




Pasarse de listo : Excederse alguien en materias o cosas que no conoce, simulando un perfecto conocimiento de las mismas y cayendo, consecuentemente, en un error.

Listos y no tanto.


No di píe a la imaginación, me excedí, lo admito, entre renglones había demasiado espacio, tanto creo, que supuso una sobrecarga mental, demasiada información codificada.

Me pase de listo.

Está todo tan masticado, calculado, pensado... Pero si quedara tan abstracto, tan rebuscado, bruto, se entendería algo o quedaría en el cajón -tan grande- de las sandeces individuales de mi psique (cosmovisión de la antigua Grecia)

Tomar una decisión.

Mi circulo de locos poetas , amantes de los atardeceres regados con cerveza barata, sonidos de guitarras y solos de armonicas extridentes.


"El sonido de las hachas golpeando los troncos aún vivos de aquellos árboles, que luego alimentaría un fuego acogedor dentro de la casa, sonaban como acordes bemoles, tristes, e inciertos, pero con un claro objectivo, el trabajo duro."

Podería ser.

"El sonido encambio, era de chapoteos, risas y lágrimas de alegrias que caían sobre las rocas recubiertas de mejillones, el mar en calma simula un perfecto espejo, juegos de luces y sombras provocadas por el conjunto de luces del muelle próximo. La vida, la felicidad. Todo aquello por lo que algunos matarían, o mueren."


"El sonido del viento entrando por la ventanilla del coche, una canción. Los paisajes movidos a varios y rápidos quilometros por hora los desfiguran, como el agua desfigura y suaviza las acuarelas. Tranquilidad. La cara apoyada en la ventana fría, las gotas de agua discurren rápidamente por ella uniendose con otras, tendidos eléctricos."

"El sonido de bares atestados de gente, ruído de primera hora de la mañana, el olor a café recién hecho, sonido de vidrios golpeandose sin cesar, griterío, murmullos, el vociferio que sale de la televisión con las primeras noticias del día. Tendremos un día gris, que más da"

"El primer acorde, el primer fantásma alegre, comienza el espectáculo. Afinaciones extrañas para extrañas letanías"

"Último acople de guitarra"






Mi pequeña existencia.


jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Te gusta el viento?

Oye, ¿Te gusta el viento?

Podería responder miles de cosas pero normalmente me quedo con la más fácil con la menos comprometida de las respuestas, para no pecar en redundancias ni cosas que a mí mismo me sonarían a chiste. Podería responder como ya dije varias veces en contextos diferentes, " subías allí arriba, corriendo malamente por el desnivel, pero cuando llegabas al vértice de la cima te sentías recargado por el viento que te daba en el cuerpo, como si atravesase sin problema todo tu cuerpo, todas tus células mecidas por el tempestuoso vendaval , aprovechándolo".

Pero que decir.




Siempre resulta fácil responder con el típico "sí... bueno", y quedar en un plano neutro, eso, el miedo al perjuicio.
El miedo, esa soga que nos amarra pies, manos y nos oprime en escuálido cuello, nos impide realizarnos completamente, siempre con pies de plomo siempre con medias tintas, lleno de nerviosismo.

Me gusta el viento, .

Oye, ¿Te gusta la lluvia?

Llovía tanto sobre el tejado de plástico que era imposible intentar sacar un sonido de la boca que superara en decibelios aquello. Llovía cada vez más fuerte, es como si amplificaran el fluido plasmático que fluye por las venas del ladrón que huye de la policía, adrenalina por las estrellas.
Paseaba, paseaba bajo la lluvia horas, incansablemente. Aquellas vieja y adoquinadas calles la veían pasar día si día también, con sus pequeñas botas saltando de charco en charco, sonriente siempre. Le encantaba la lluvia




La música seguía sonando , aquel francés con su guitarra desde la pequeña radio. Allí pensando, sentado en su banco con la mirada clavada en el suelo, como una gota de agua que está apunto de desprenderse de la última hoja de un árbol.
Me gusta la lluvia, sí.

Feliz, venciendo a la lluvia y al viento. El triunfo.
En la carretera, en lo alto, allí arriba, en aquella piedra sigue poniendo Díselo.